LA MISMA MANO




Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echo en las aguas, y las aguas se endulzaron. -Éxodo 15:25Estas cosas os he escrito a vosotros que creTis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenTis vida eterna. -1 Juan 5:13 -->
Los hijos de Israel no habían avanzado mucho desde la orilla del Mar Rojo cuando comenzaron a detectar la realidad de su nueva libertad. Ya no disfrutaban de la variedad de comida y el suministro de agua que abundaban en Egipto. Ahora, después de tres días de peregrinaje en el desierto, la enorme multitud no tenía agua. Y cuando finalmente llegaron al oasis de Mara, el agua estaba amarga (Éxodo 15:23).

Por lo tanto, los hijos de Israel se vieron obligados a depender de un milagro. Así que clamaron a Moisés, y Moisés clamó al Señor. El Señor le mostró un árbol, el cual Moisés echó en el agua. Milagrosamente, el agua se endulzó.
La transformación del agua fue un milagro relacionado con la plaga de sangre enviada a Faraón y los egipcios (Éxodo 7:14-25). La mano del Señor había manchado con sangre el agua limpia de Egipto. La lección de Mara era clara: la misma mano que había convertido el agua en sangre podía convertir el agua amarga en agua dulce. El mismo poder que había traído maldiciones sobre Egipto podía traer salud a Israel.
Si hoy tienes una necesidad aparentemente imposible, recuerda que la mano que suplió tu necesidad más grande, el perdón del pecado, es la misma mano que puede suplir de manera adecuada todas tus necesidades. Confía en que Él alcanzará lo que parece imposible. -MLW
Muchos verdaderos creyentes en Cristo están plagados de dudas en cuanto a su salvación. Aunque han venido a Cristo en arrependimiento y con fe, todavía se preguntan, «¿Realmente iré al cielo?»

Mi difunto esposo Bill a menudo contaba acerca de algo que le sucedió cuando tenía dos años. Un día, desobedientemente vagó de su casa y se perdió. Cuando sus padres se dieron cuenta que no estaba, salieron a buscarlo. Finalmente, para el inmenso alivio de todos, vieron a su niño lloroso y lo llevaron de vuelta seguramente a casa.
Días después, Billy escuchó a su madre contarle el incidente a un visitante. Cuando llegó a la parte cuando salieron a buscarlo, Billy comenzó a revivir la historia. «¡Mamá, mamá!» sollozó. «¿Y me encontraron?» Sorprendida y profundamente conmovida por la duda de su niño, lo abrazó y dijo, «¡Por supuesto mi hijito! ¿No te acuerdas de aquel feliz momento? Mira, ahora estás con nosotros, y nos aseguraremos de que siempre lo estés». Eso consoló a Billy, porque aceptó la palabra de su madre.
La carta de 1 Juan en el Nuevo Testamento fue escrita para darles a los creyentes la seguridad de la salvación. Dicha seguridad puede ser tuya cuando le tomas la palabra a Dios. —JEY
-->
Las imposibilidades nos obligan a depender de Dios.

LA OBRA DE CRISTO NOS DA SALVACIÓN; LA PALABRA DE DIOS NOS DA SEGURIDAD -->

No hay comentarios: